El Servicio de Impuestos Internos de Chile anunció un plan para fiscalizar a más de 15.000 influencers en todo el país, con el objetivo de regularizar sus ingresos generados a través de las redes sociales. Tras un plan piloto en 2023, esta medida busca garantizar que declaren adecuadamente sus ganancias obtenidas de publicidad en plataformas como Instagram, Twitch y TikTok. Desde el organismo, destacan que la iniciativa no solo apunta a recaudar impuestos, sino a asegurar la equidad tributaria y a educar a los influencers sobre sus obligaciones fiscales. En un contexto de cambio constante en el mercado digital
El Servicio de Impuestos Internos (SII) de Chile anunció el pasado 26 de febrero de 2024, que comenzará a fiscalizar a más de 15.000 influencers chilenos, con el fin de que regularicen su situación fiscal y declaren las ganancias generadas a través de las distintas plataformas digitales.
Para el SII, un influencer es una persona que tiene presencia en redes sociales y cuenta con un gran número de seguidores, aunque no especifica cuántos. Esta persona, según describe el ente, posee credibilidad y una imagen reconocida, lo que le permite generar ingresos significativos a través de la publicidad.
Las redes sociales que contempla fiscalizar son las más usadas entre los chilenos, tales como Instagram, Twtich, Only Fans y Tik Tok. Además, incluyen a Arsmate, que es una plataforma de origen chileno similar a Only Fans.
Desde el SII, en un comunicado de prensa, aseguraron que, “este segmento -el de los influencers- no es directamente relevante en materia de recaudación tributaria, aunque sí tiene un alto impacto masivo, por su nivel de conocimiento y la percepción ciudadana de que se trata de contribuyentes de altos ingresos”.
En 2019, la entidad encargada de recaudar los impuestos en el país sudamericano inició un proceso de fiscalización dirigido a 69 influencers activos en Instagram y Youtube. Posteriormente, seleccionaron a 140 contribuyentes que cumplían con los criterios establecidos, siendo objeto de monitoreo en el marco de la Operación Renta 2023, como parte de un plan piloto.
Luego de esta experiencia, el SII decidió expandir significativamente la cantidad de personas sometidas a fiscalización bajo esta categoría a partir de 2024, alcanzando un total de 15.000 individuos con gran presencia en redes sociales.
Para evaluar el cumplimiento tributario de un influencer, el SII toma en cuenta diversos atributos clave, como el número de seguidores, el nivel de interacción (engagement), la frecuencia de publicaciones, entre otros. Además de estos indicadores, se considera la información disponible en manos del servicio.
“Aplicamos a este segmento un plan de monitoreo para detectar posibles riesgos de incumplimiento tributario en este tipo de negocios, que incluye acciones de orientación y asistencia, con el objeto de contribuir a desincentivar la informalidad», resaltó Saravia, al ser consultada por el posible incumplimiento de las medidas tributarias.
En cuanto a la lista de influencers seleccionados para la Operación Renta 2024, destacó que un 88% son mujeres. Al clasificarlos según rangos de edad, el 66% se encuentra en la franja de 21 a 30 años, mientras que el 22% pertenece al grupo de 31 a 40 años.
Según la información brindada por el SII a este medio, los influencers, al igual que cualquier otro contribuyente, están sujetos a obligaciones tributarias. Esto implica que deben informar adecuadamente los ingresos obtenidos a través de la publicidad o la creación de contenido en las redes sociales. En concreto, deben incluir esta información en su Declaración de Renta utilizando los formularios preestablecidos por el ente, que deben ser presentados anualmente en el mes de abril.
Para aquellos que trabajan de manera independiente, las autoridades del SII aclaran que es necesaria la emisión de boletas de honorarios por el valor de los bienes o servicios recibidos como compensación, además de presentar la declaración de renta correspondiente.
Por otro lado, si los influencers operan como empresa, con una estructura que incluye una oficina o un equipo de trabajo, deben iniciar actividades en lo que se denomina ‘Primera Categoría’. En este caso, están sujetos al pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y deben emitir facturas por los bienes o servicios recibidos.
Cómo se puede fiscalizar un mercado tan cambiante como el de las redes sociales
Las redes sociales han adquirido un papel fundamental como plataforma comunicativa, transformando la manera en que los individuos se relacionan. Este fenómeno trasciende límites geográficos, culturales y físicos, dando forma a un nuevo paradigma en la comunicación. Además, cuentan con una presencia que redefine las interacciones de los usuarios en la era digital.
Las tendencias y el consumo en redes sociales tiende a cambiar y mutar constantemente, a comparación de otras industrias. Respecto a esto, Saravia señala que, “se está analizando los nuevos modelos de negocio que van surgiendo en un entorno en permanente cambio y velocidad, como el de las redes sociales”.
“Con la información obtenida en 2023 y el mayor conocimiento respecto al uso de las redes sociales y los modelos de negocio existentes, se han actualizado los análisis de riesgo de incumplimiento que se realizan al interior del SII para efectos de hacer cumplir la legislación tributaria”, señaló la subdirectora de Fiscalización del SII.
Los expertos predicen que en un futuro próximo, las plataformas comerciales integradas en las redes sociales experimentarán un notable crecimiento. Estas plataformas posibilitarán tanto a empresas como a individuos la compra y venta de productos y servicios directamente a través de las redes sociales, aprovechando así el vasto mercado que estas representan.
Esto generará un nuevo mercado que estará en vista de los agentes encargados de recaudar y de los entes de fiscalización.
Calderón indicó que, “la actividad realizada por los influencers se puede incluir dentro de las reglas generales en materia de tributación, por lo tanto, en este caso no existe la necesidad de ajustar las leyes para exigir el pago de impuestos”.
Al mismo tiempo, el Estado chileno está trabajando en una reforma tributaria. “Dentro de las propuestas de reforma tributaria está la calificación de los prestadores de plataformas digitales como contribuyentes y así, obligados a la retención de impuestos por las transacciones que se realicen en sus plataformas”, señaló Galdames.
¿Qué sucede en otros países de la región?
Cada vez son más las personas que se suman al uso de las redes sociales. Una investigación realizada por la empresa GlobalWebIndex (GWI) revela que a nivel global los usuarios en América Latina lideran el tiempo en el uso de las redes sociales.
Dentro de la región, Brasil y Colombia destacan como los países con mayor tiempo de uso diario de las redes sociales. Asimismo, Argentina figura en el quinto lugar a nivel mundial, mientras que México se posiciona en el octavo puesto dentro del top 10 del mercado latinoamericano.
Estas cifras demuestran la arraigada presencia de las redes sociales en la vida cotidiana de los usuarios en la región, evidenciando su importancia creciente en la interacción digital y la comunicación contemporánea. Lo que se traduce en la aparición de nuevos influencers y cuentas de redes sociales que promocionan y comercializan bienes y servicios.
En Argentina, no se cuenta con una normativa para que los influencers tributen. Sin embargo, en el año 2020, se presentó en el Congreso argentino un proyecto de ley denominado ‘Régimen legal para influencers’, que tenía como objetivo regular todas las publicidades realizadas por los influencers en sus redes sociales.
Este proyecto establecía que los productos promocionados tendrían que llevar el hashtag «#PublicaciónPaga» cuando se tratase de un posteo remunerado. Además, se requerirá que los responsables se inscriban en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Finalmente, el proyecto no prosperó.
En Perú, desde el 2022, la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) comenzó a considerar el trabajo de los influencers como parte del Impuesto a la Renta.
Estos usuarios de redes sociales fueron incluidos en una de las categorías tributarias con las que cuenta la Sunat, que tiene una tasa impositiva de hasta el 29,5%. Sin embargo, aquellos influencers que están en una etapa inicial o realizan actividades menos frecuentes en las redes sociales, se les consideraría dentro de la categoría de ‘independientes’, que tiene una tasa impositiva del 8%.
En Colombia, desde la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), informaron que el organismo no solamente realiza revisiones periódicas de las redes sociales de los influenciadores, sino que también lleva a cabo auditorías de su actividad económica, al igual que con cualquier otro contribuyente, con el fin de verificar la veracidad de toda la información proporcionada.
Por último, en México, desde junio de 2020 los creadores de contenidos en redes sociales están sujetos a retenciones fiscales, con obligaciones que varían dependiendo de los ingresos.
Según establece el Régimen de Plataformas Digitales, los ingresos provenientes de la publicidad, donaciones de seguidores o membresías deben ser declarados correctamente y están sujetos a impuestos.
En un escenario donde la presencia y la influencia de los creadores de contenido en redes sociales continúa en aumento, la fiscalización de los ingresos generados a través de estas plataformas se convierte en una necesidad.
Chile, como muchos otros países de la región, se enfrenta al desafío de adaptar su marco regulatorio para abordar este fenómeno en constante evolución.
A medida que los modelos de negocio en línea evolucionan, las autoridades tributarias deben mantenerse actualizadas para garantizar una regulación adecuada y justa. La experiencia de Chile con su plan piloto y la expansión subsiguiente de su programa de fiscalización ofrecen lecciones valiosas para otros países que enfrentan desafíos similares en este ámbito.
En última instancia, el crecimiento exponencial del mercado digital y la influencia de los creadores de contenido en las redes sociales requieren una respuesta regulatoria que sea ágil y eficaz. Si bien el camino hacia una regulación completa y efectiva puede ser complejo, es fundamental para garantizar la equidad, la transparencia y el cumplimiento fiscal en un entorno cada vez más digitalizado.